Llega la primavera y con ella las alergias con todo un abanico de síntomas y molestias que afectan a nuestra salud y, entre otros órganos, a nuestros ojos. Se calcula que una de cada cinco personas afectada por algún tipo de alergia, sufre sus efectos en uno de nuestros órganos más preciados y delicados: los ojos.
Pero, ¿qué es la alergia ocular?
Es la reacción de nuestro cuerpo, concretamente de nuestros ojos, a un alérgeno al que somos hipersensibles. Se trata de una respuesta “exagerada” de nuestro sistema inmunológico a una sustancia no patógena, es decir, que no provoca “enfermedad” en la mayoría de la población como los ácaros del polvo, diferentes tipos de polen, frutas y frutos secos, pelos de mascotas, cosméticos, etc.
En la mayoría de los casos lo que se produce es una conjuntivitis alérgica: cuando la membrana que cubre nuestro ojo entra en contacto con el elemento alérgeno, nuestro ojo se “defiende” de lo que considera un ataque liberando sustancias como la histamina que provocan la irritación de los ojos.
¿Cuáles son los síntomas de la alergia ocular?
Los síntomas son variados y pueden revestir diversos grados de gravedad. Las molestias más habituales suelen ser picor, lagrimeo y enrojecimiento. En ocasiones estos síntomas puede ser tan intensos que nos provoquen efectos en la visión como vista borrosa o irregular, pero son efectos pasajeros y no tienen por qué afectar nuestra visión de forma permanente.
¿Cómo podemos cuidar nuestros ojos frente a las alergias?
En primer lugar debemos identificar cuál es el elemento que nos produce la alergia y evitarlo. La mayoría de las personas que las sufren son muy capaces de identificar qué es lo que les produce esos desagradables síntomas, no obstante de no ser así, lo más conveniente es someterse a pruebas médicas que nos ayuden a evitar los alérgenos.
Algunas recomendaciones básicas para las principales alergias pueden ser:
– alergia al polen: cerrar ventanas y balcones en las horas centrales del día y usar el aire acondicionado ya que los filtros retienen gran parte de las partículas o usar gafas de sol para proteger nuestros ojos en el exterior.
– alergia a los ácaros del polvo: mantener la casa muy limpia, eliminar de nuestro entorno en la medida de lo posible moquetas, alfombras, cojines, cortinas y otros textiles que puedan acumular polvo o renovar almohadas y colchones con mayor frecuencia.
– alergia al pelo de mascota: si convives con una mascota que te provoque alergia procura pasar la aspiradora con frecuencia, trata de acariciarla lo menos posible y no dejes que se suba a tu cama o sofá.
Además de estas precauciones, puedes tomar otras medidas que ayuden a minimizar los síntomas:
– Si notas irritación creciente en los ojos, evita frotarlos. Eso sólo lo empeora. Usa compresa mojadas en agua fría para calmar los síntomas.
– También puedes probar con diferentes tipos de descongestionantes y soluciones salinas que venden sin receta en las farmacias y que se usan específicamente en estos casos. No obstante, no conviene abusar de estos productos y si el picor persiste es conveniente que visites al oftalmólogo ya que los síntomas pueden estar encubriendo algún otro tipo de dolencia o puede haberse desencadenado un efecto rebote.
– Si las molestias son muy persistentes y se acompañan de más síntomas alérgicos, consulta con tu médico si puedes tomar algún tipo de antihistamínico que alivie de manera generalizada los diferentes síntomas.