Tener los ojos rojos o enrojecidos es más común de lo que muchos piensan. ¿Quién no se ha mirado alguna vez frente al espejo y se ha percatado de ello? En ocasiones esto ocurre sin motivo previo o, al menos, sin habernos percatado de cómo se ha producido este hecho.
Este tipo de patologías suele ir acompañadas de hinchazón y sequedad ocular. No obstante, aunque sea algo que ocurre con frecuencia, no debemos hacer oídos sordos ya que este tipo de situaciones pueden ser provocadas por una infección o alguna irritación importante en nuestra visión, y debemos consultar inmediatamente a nuestro oftalmólogo.
¿Por qué tengo los ojos rojos?
Los ojos enrojecidos o también conocidos coloquialmente como “ojos inyectados en sangre”, se producen cuando los pequeños vasos sanguíneos que se encuentran en el órgano de forma superficial sufren algún tipo de alteración como la dilatación. Esto provoca que se hinchen y se saturen de sangre.
En la inmensa mayoría de los casos, la causa principal de que esto ocurra es la falta de oxígeno, bien sea en la córnea o en los tejidos que recubren al ojo.
Finalmente, cuando uno de esos vasos se rompe, se produce una hemorragia conjuntiva o subconjuntival.